Es impactante enterarnos de la existencia en Uruguay de ciento veinte grupos de teatro joven (es decir, menores de treinta años), que actualmente tratan de llevar adelante un proyecto común: hacer teatro.A lo largo de esta década pudimos ver la emergencia de un pequeño grupo de jóvenes que, poco a poco, comenzaron a consolidarse. Entre muchos podemos nombrar a Gabriel Calderón, Santiago Sanguinetti, Leonardo Martínez, el reciente Fernando Nieto y Sofía Etcheverry. La mayoría de ellos vivió la dictadura a través de los relatos de sus mayores, ya sea porque eran niños o porque nacieron luego. Les interesa más “romper” que seguir tradiciones o lugares comunes; miran hacia afuera para después crear, en especial Argentina y sus grandes creadores contemporáneos, como Spregelburd, Veronese, Bartís, Tolcachir y Kartún. Existe un grupo anterior, para evitar hablar de generaciones, caracterizado por su paternalismo, su apertura al diálogo y a la interacción, como Mariana Percovich, Roberto Suárez, Alberto “Coco” Rivero, Gabriel Peveroni, Ivan Solarich, Marianella Morena, Raquel Diana y María Dodera. Promotores de este nuevo grupo emergente, continúan su producción sin mantenerse ajenos a las dificultades que puedan enfrentar (aunque algunos ya estén institucionalizados), y a veces los incluyen en sus proyectos escénicos. El apoyo a los artistas a evolucionado considerablemente. Recordemos que desde el 2005 el Ministerio de Educación y Cultura le ha otorgado al área cultural un papel más activo. A Escena es un programa de fortalecimiento de las artes escénicas, y Laboratorio es un centro de creación e investigación que complementa lo desarrollado por este programa en tres áreas, dramaturgia, dirección y coreografía.También el Centro Cultural de España ha implementado Solos en el escenario para buscar promover la escritura.Desde luego que las dificultades continúan, el medio es chico y la oferta es mucha. Tal vez demasiada, lo que lleva a que no se priorice la calidad frente a la taquilla. Pero lo que se debe subrayar es la emergencia de jóvenes talentos que pese a ser mirados con recelo, han demostrado la fuerza con que llevan adelante su pasión, muchas veces acompañada de trabajo y disciplina. A modo de cierre 2009, reiteramos la recomendación de dos muy buenos espectáculos: Las Julietas y Quiroga con la luz prendida. Dos muy buenos ejemplos...
Fuente: Debora Quiring, Freeway (diciembre, 2009).
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