domingo, 5 de abril de 2009

Meses a la deriva.


Shakespeare y el Mundial del 50. Las Julietas son nuestras, ¿te acordás de ellas?

En el 50 un grupo de jóvenes actores aficionados recorre el Interior del país con una representación criolla de Romeo y Julieta. Era la banda teatral Las Julietas. De ellos tenemos datos que han sobrevivido a través de las generaciones: hijos, nietos , sobrinos, y el recuerdo de alguna anécdota sobre las formas de varieté que los caracterizaba. Del Uruguay del 50 tenemos la gloria de Maracaná, pero ¿alguien se acuerda de Las Julietas?

Diciembre 2008
Muchas ganas de trabajar con varones jóvenes, muchas ganas de hacer Romeo y Julieta. Muchas ganas de ensayar en verano. Ideas sueltas merodean mi cabeza. Leonardo Pintos, Alejandro Gayvoronsky, Santiago Sanguinetti, y Claudio Quijano, me cuentan una historia sobre sus abuelos. Un grupo de actores abandonados y sin director realiza una especie de varieté criollo con textos de Shakespeare.

Enero 2009
Libertad y confianza
Desde hace un tiempo mantengo un romance con Romeo y Julieta, romance que no logro poner en práctica. Mi realidad es la siguiente: tengo cuatro actores con los que quiero estar y tengo un texto con el quiero estar. No coinciden en equivalencia de roles, pero será cuestión de esperar, o mejor, será cuestión de cambiar el punto de vista. Cuando esto sucede, la libertad y la confianza se queda con nosotros.

El erotismo de lo real
El ensayo será el espacio donde se depositará todo. Conversaciones privadas, restos de historias, interpretaciones sobre Romeo y Julieta, recortes de criterios, Cindy Sherman, el universo erótico y la escena, la escena como espacio de entrega, la excitación del actor con el escenario como una cama. Hicimos acuerdos: no habrá representación, los roles pasarán de mano en mano hasta que la ficción y lo real puedan convivir.
Ellos me presentan una escena. Entran los cuatro. Desnudos. Estoy sola mirándolos. Voyeur y directora. Editar hasta lo último, ser honesta incluyendo la vibración que me produce verlos, el cuerpo debe acomodarse enseguida y recordar el rol: directora. Debo ser honesta y exponerme, ese fue el trato, ellos dan y yo también.

Todo adentro, nosotros, mi casa, el espacio, y Las Julietas. Alejandro se enferma del corazón y seguimos. Lo esperamos y vuelve a nosotros.

Febrero 2009
El celeste vuelve para quedarse
Y con él todo. Nadie se fue, nadie fue violado, o sacrificado. Una reunión entre Shakespeare, cuatro actores y una directora, en un apartamento antiguo de la Ciudad Vieja en verano, sin miedo y con hambre de ser y no representar más. Somos éstos: pobres, tercermundistas, artistas, del siglo XXI, solamente con preguntas, determinados por la urgencia, la ironía, el deseo y la necesidad de decir: somos y estamos en este lugar del mundo.

Marzo 2009
Las clases traen orden y organización. El montaje obliga y el equipo se agranda. La producción, los técnicos y los ensayos con gente. Se viene otra etapa y nuestro homenaje a Las Julietas.

De corazón
Marianella Morena

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