miércoles, 1 de abril de 2009

Diciembre de 2008: el comienzo...


"No quiero ser Julieta.
Soy Julieta.
Ella no es Julieta
Somos Julietas. Las otras no existen."


Cuatro actores perdidos, sólo les quedó el recuerdo de un personaje: Julieta. Cuatro actores conviven en un espacio y al principio no tienen conciencia de quiénes son y en quiénes se han convertido, a partir de juegos, alteración de roles, presentación de relatos y escenas representadas y narradas empiezan a notar un parentesco interior a pesar de la diferencia exterior. Hasta que uno de ellos propone realizarle una autopsia a Romeo y Julieta, y ahí es que descubren que son cuatro Julietas. La narración vertiginosa y la fragmentación múltiple nos recuerda este mundo contemporáneo de cajas chinas, que como internet no para y como el infinito de la carnalidad de Shakespeare tampoco. Cuando reaccionan sobre la clonación no entienden qué pasó, cómo es que se convirtieron en Las Julietas y ¿qué harán a partir de ahora con sus personajes? La memoria, la identidad y el género. ¿Importa que Julieta sea hombre? ¿Es indispensable lo femenino de género para ser Julieta? Suspenso, humor y obsesión por la identidad.

Marianella Morena

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